Flores Los mercados de Flores Medellín son como un caleidoscopio. Los arreglos florales transforman la ciudad en el exuberante Valle de Aburrá en un lienzo vibrante. Imagínese filas y filas, cada una más colorida que la anterior. Como si la Madre Naturaleza hubiera decidido organizar una fiesta para todos.

La historia de amor de Medellín con las flores es un tema que no debe perderse. La Feria de las Flores no solo se trata de pétalos hermosos. También es una historia de amor en toda regla que explota cada agosto. Imagine calles repletas de orquídeas, rosas y lirios: un colorido desfile floral que captura el corazón y el espíritu de los colombianos.

Ahora hablaremos de Santa Elena. En este encantador pueblo ubicado a solo unos minutos de Medellín se encuentran muchas de las flores que comienzan su viaje. Hay granjas de flores que se extienden hasta donde alcanza la vista. Verá que los agricultores cuidan sus cultivos tanto como cualquier entusiasta de la jardinería con dedos verdes que conozca.

Don Carlos, un cultivador local que produce algunas de las hortensias más hermosas que jamás hayas visto, fue un agricultor que conocí cuando visité Santa Elena. Me dijo que revisa sus flores antes del amanecer para asegurarse de que estén felices y saludables. “Son mis hijos”, se rió mientras se ajustaba el sombrero de paja que llevaba puesto bajo el sol de la mañana.

La Plaza Minorista en Medellín es donde puedes ver todas estas flores en una exhibición espectacular. El mercado ofrece una experiencia sensorial. Los aromas de las flores llenan el aire y los vendedores gritan los precios en español. Algunos turistas incluso intentarán regatear (con distintos niveles de éxito).

No seas tímido. Puedes practicar tu español aquí. Los lugareños agradecen a los visitantes que se esfuerzan por comunicarse, aunque a menudo sea en spanglish. También hay algo gratificante en regatear por claveles o flores.

Espera, hay más. Si quieres experimentar otro mercado después de la Plaza Minorista, dirígete a Placita De Florez. Este lugar es igualmente encantador sin el bullicio y el ruido de otros mercados de la ciudad.

Déjame decirte: no hay nada mejor que sentarse en uno de los pintorescos cafés cercanos después, con un espresso colombiano recién hecho acompañado de un ramo aromático que todavía se sostiene con cariño al alcance de la mano. Se siente casi poético.

La gran cantidad de opciones disponibles puede parecer abrumadora al principio, pero pronto verás lo emocionante que puede ser explorar los vibrantes mercados.

Cómprate un par de zapatillas cómodas para correr o, si prefieres caminar a un ritmo más tranquilo, sal a la calle y sumérgete de cabeza. Aquí encontrarás incontables mundos.